jueves, 18 de agosto de 2011

DULCE ESPERA*

ESPERANDO SU LLEGADA
*PEDACITO DE CIELO*

La llegada de un nuevo ser a nuestras vidas es una bendición de Dios y por ende una gran alegría para todas aquellas personas que giran entorno a este dulce momento. 
Al pensar en un bebé, se viene a nuestras mentes imágenes y figuras enternecedoras, tiernas y hasta melosas; pero el solo hecho de pensar uno  propio, es todo diferente, sobretodo, cuando se es joven y no se tiene el conocimiento, las posibilidades, el tiempo disponible, la edad adecuada y necesaria para afrontar una responsabilidad tan grande como esta.
Pues, este nuevo paso que se tiene que dar es algo completamente delirante; el desarrollar el rol como hijo y de pronto, de un momento a otro, de manera fortuita, desenvolverte en el papel de padre es inevitablemente chocante. Visto desde cualquier punto de vista, todo cambia. En un nivel más personal, cambia cada acción, cada pensamiento, cada actitud, cada postura, cada palabra, cada movimiento, cada circunstancia, tu mismo cuerpo, ya nada será lo mismo. En el plano familiar, un nuevo acontecimiento, esta  noticia, como la tomarán todos y cada uno de tus familiares. En primer lugar tus padres, ellos a quienes siempre dijiste e incluso creíste jamás decepcionarlos. Ella, tu madre, tu incondicional amiga, a quien siempre contaste todos tus secretos, penas y temores, alegrías y locuras. Él, tu padre, el hombre más correcto y respetuoso, tú, su única hija, la niña de sus ojos, su tierna e indefensa criatura, nunca esperaron ser abuelos tan pronto. Luego, tus hermanos, no sabías si ellos lo tomarían bien o sí también estarían decepcionados, que sinsabor. Y después, que la noticia llegué a ser casi igual que un golpe de estado en el país, que sea difundido por todos lados, como hecho trascendental, y que el resto de tu familia se entere, tíos, primos, abuelos, padrinos, buenos o malos, quienes te quieren y quienes no, pero todos se enteran, que gran vergüenza, al principio.

En segundo lugar, las personas más importantes para ti, con quienes compartiste gratos momentos de alegría y de tristeza también, risas y lágrimas. Tus amigos, con quienes comentabas siempre que eran demasiado jóvenes para traer hijos a este mundo y criticabas a aquellas chicas y chicos que pasaban por esto y pensabas, yo jamás estaría en su lugar, pero sí el tiempo pasa y los momentos llegan y a todos y para cada uno Dios a designado su propio camino a seguir, eso si muchas veces no lo pensamos.

Tus amigas y amigos, cada todos y a cada uno de ellos, como se los diré, pensaste. Me apoyarán, me juzgarán, se sentirán también decepcionados, tristes, o alegres, me harán a un lado, o me abrazarán y me dirán que están conmigo, que complicado, como será la reacción de cada uno, pensaste.

El tiempo pasa y el cuerpo va cambiando, empiezas a sentir los primeros síntomas, ellos empiezan a darse cuenta que estás cambiando, ya no eres la misma, estás alejada. Tu semblante es otro, también tu mirada. Necesitabas contárselo a alguien. De pronto, estás con ella, una de tus mejores amigas, a la que vez con más frecuencia, ya no puedes más, le dices que necesitas hablar con ella. Ella se asusta, pero te escucha, le cuentas, ella reacciona bien, te alegras y sientes paz; pues esta nueva situación y el pensar en todas las desventajas y los puntos en contra, te llevaban a pensar lo peor e incluso pensaste en tomar otra decisión, pero su tranquilidad te dio fuerzas para seguir. Así, fue pasando el tiempo, le contaste a otro amigo cercano, también a otro y a otra, todos ellos tomaron bien esta noticia, tu fuerza y empuje tenía mucha más consistencia. 

Ahora ya había pasado más tiempo, tu abdomen crecía y tu mirada cambiaba, ya no lo podías ocultar más, más personas lo notaban, aun faltaban personas importantes a quienes tenías que decírselo. Pero nuevamente volvía tu miedo. No podías callar más, tenías que contarles primero a una y luego a otra amiga, todos tenían que saberlos por ti, al menos los más importantes dijiste. Y pasó, ellas reaccionaron como quisiste, te sentías feliz y aliviada, lo puede notar. 
Pues una de esas personas fui yo, y es que sí lo noté, noté esa gran alegría en tus ojos en tu cara, que no pude evitar alegrarme también, pues no pensé en ese momento, en todo lo que cruzaba en mi mente, cuando imaginaba a alguien de mis amigas o yo en ese estado. EMBARAZADA....NO!!!

Lo único que pude hacer es abrazarla tan fuerte como pude, y reír de felicidad, contagiarme de esa alegría mágica del solo hecho de saber que un nuevo ser, estaba allí dentro de ella, que ya no pensaría solo en mi amiga, sino en ella y su bebé, el sobrino como le decimos ahora.
Luego de esta encantadora revelación y meditando y asimilando mejor y con más paciencia la noticia, pensaba en que no podía ser, ella es tan joven, decía, aun está estudiando, él también tan joven e inmaduro, pensé; por que no lo pensaron antes, yo no esperaba esto para ella, no esperaba una noticia como esta, un embarazo dentro de mi grupo de amigas NO, jamás lo había podido imaginar, era algo, realmente decepcionante, como iba a seguir ella y él ahora con un bebé, no iba a ser fácil y, pensaba en todo lo que se vendría, solo podía rezar, encomendar a Dios, a esta nueva familia, a este nuevo ser y que los bendiga desde el momento de su concepción, y este allí en cada segundo al crecer en cada paso que valla a dar, que sea parte de este nuevo acontecimiento en sus y nuestra vidas.

Quien iba a pensar que ahora, todos estamos tan felices esperando su dulce llegada, de Xavier Alexander Millones Salazar, quien diría que Claudia y Gino nos iban a dar esta alegría y, que sobre todo que Claudia nos mantendría a todos y todas a la expectativa de cada movimiento que da, viendo crecer cada día más a esa pancita, tocándola y hablándole al bebé y finalmente reunir a todos para celebrar su llegada a este mundo, la venida de un nuevo miembro a nuestro grupo. Este pequeño ser que ha logrado ponernos de vuelta y media para recibirlo como se debe.

 TE ESPERAMOS CON GRAN ALEGRÍA Y ENTUSIASMO XAVIERCITO!!!

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