Cómo nos vendieron nuestros mitos de infancia y cómo eran en realidad
Diana la de 'V'
No ganábamos para disgustos con Diana: lo mismo se comía un ratón que le arrancaban un trozo de piel y resultaba ser un sapo. A pesar de la cara de mala, que la veías venir, engañaba al mundo entero (literalmente) y pillaba a los buenos todo el rato. El que escribió el personaje era un tipo sin hijos y, es más, sin infancia, porque la tipa asustaba de dejarte pensándolo por las noches.
Cómo era en realidad
Pasemos por alto la chunguez de los efectos especiales de la escena del ratón, que debe de tener algún récord. Diana, además de pronunciarse 'Dayana', resultó ser una hortera con las gafotas de esquiar que luego han sido pasto de folclóricas e italianas discotequeras. Iba vestida perpetuamente con ropa de aeróbic.
La abeja Maya
Una abejita soñadora, siempre alegre, traviesa, ingenua, amistosa y de noble corazón.
Cómo era en realidad
Alguien que no soportaríamos ni diez minutos como compañera de oficina. No, en serio, imagínatela llena de miel por todo el cuerpo.
El gran héroe americano
Era un personaje de risas, sí, pero a nosotros lo que nos flipaba era que podía volar, tenía superfuerza, veía a través de las paredes… y toda esa lista ilimitada de superpoderes que le iban surgiendo, casi uno por episodio. Junto aRalph Hincley, el héroe, estaba Bill Maxwell, del FBI, un tipo verdaderamente duro que sabía lo que se hacía.
Cómo era en realidad
Con el pelo del rubito de La casa azul y vestido como un componente de Parchís, uno le compadece un poco ahora y piensa que le hubiera ido mejor en una banda de tontipop, qué sé yo, en Meteosat, el grupo que te garantizaba que luego te iría bien en la vida, aunque entonces las mangas te llegasen dos palmos más allá de las manos. Respecto a Maxwell, resulta ser una parodia bastante aceptable de Harry el Sucio y otros duros de los 80 que, sin embargo, nosotros, de pocos matices, nos tomábamos en serio.
Los Pitufos
Venían de unos tebeos bien hechos que todos admirábamos: Los Pitufos Negros, la única historia de gnomos zombies que aún hoy existe; La Pitufina, que nos ponía y todavía no entendemos cómo ni por qué ni para qué; o el Cosmopitufo, un tebeo que me cambiaron por un Halcón Milenario de metal del bueno, para que os hagáis una idea del nivel. Así que llegamos a la serie de televisión con toda la ilusión y nos encontramos con que el Gran Pitufo es Papá Pitufo y todos tienen un extraño acento y, en fin, parecen tontos.
Cómo eran en realidad
Los de los dibujos animados eran tan malos que han servido de base a una tradición deleznable: disfrazarse de pitufo en grupo en los carnavales. Incansablemente, año tras año, siempre hay un grupo de pitufos. Si hablan en pitufo, pero parecen Chiquito, estás en los carnavales de Cádiz; si tienen tetas, en los de Tenerife; si son los pitufos negros, en los de Lavapiés.
FUENTE: GQ.COM
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